"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

10 de marzo de 2001

Trama urbana

La detención de Alfredo Pesquera
LA PLATA, 10 de MAR (2001).- Eran las 7.40 de la mañana. Alfredo Pesquera salía de su casa en la zona del barrio porteño de Abasto con su pequeño hijo de 7 años de la mano. Había planeado llevarlo al colegio, pero su paso fue cortado imprevistamente por un grupo de hombres de rostros desconocidos. Eran policías.
“Disculpe, pero debo llevarlo detenido”. Un oficial principal de la Policía Federal cumplía con la orden emanada de la Justicia platense sin más formalismos.
Pesquera se quedó sorprendido por unos segundos, pero entendió de qué se trataba apenas el efectivo comenzó a leerle la orden de la jueza Carmen Palacios Arias, a cargo del Juzgado de Transición Nº 4. De todas maneras se excusó: “no, no sé. No tengo ni idea de qué se trata”.
Alfredo Orlando Pesquera, el hombre que se hiciera famoso por su reconocida participación en el accidente de tránsito en el que perdieron la vida el hijo del
cómico Alberto Olmedo y -en la cúspide de su carrera- el cantante Rodrigo Bueno, fue detenido en horas de la mañana de ayer acusado del delito de estafas reiteradas en la venta de, al menos, dos vehículos.
El trámite fue más que normal. El comerciante nacido en Berisso caminó desde la esquina de Sarmiento y Sánchez de Bustamante hasta su casa, rodeado por los tres efectivos de la Policía Federal que cumplieron con su detención y los dos grupos operativos conformados por ocho investigadores de la policía platense.
El sospechoso dejó al niño en manos de su mujer y fue esposado para su inmediato traslado a la central policíaca, en la avenida Belgrano.
Después de varias horas de notificaciones, llegó el momento de su viaje a La Plata, donde hoy prestará declaración indagatoria.
Pesquera fue trasladado en una camioneta Citroen Berlingo de color verde, con los vidrios polarizados, que él mismo prefirió apenas los efectivos de la Coordinación de Transición Judicial de la DDI La Plata le dieron a elegir entre otros móviles, para proteger su identidad.
El viaje por la autopista que lo llevó a ser hasta hoy el hombre sin rostro más buscado por los medios de comunicación nacionales tampoco tuvo grandes sorpresas; sólo la sonrisa cómplice entre el detenido y los policías, que se cruzaban constantemente con un camión de exteriores de Telefé que viajaba a La Plata para cubrir la noticia en vivo: “si supieran”, pensaban.
La llegada de Pesquera a la sede policial de 1 y 59 congregó a todos los medios nacionales y se concretó en horas del mediodía.
Vestido con un pantalón de jean azul, algo holgado a pesar de los kilos que sumó desde la entrevista que realizó en exclusiva con este medio en octubre pasado, una remera negra y un saco del mismo color cubriéndole el rostro; Pesquera bajó de la camioneta con las manos esposadas sobre el pecho, tratando de cubrirse del pequeño tumulto que se creó naturalmente entre los reporteros gráficos y camarógrafos que pretendían tomar la mejor imagen.
Poco antes, el comisario Juan Carlos Ghillino había conversado con los periodistas para detallar la manera en que se había llegado a detener al procesado.
Ghillino fue más que escueto. Se limitó a explicar que no hubo ningún tipo de resistencia y aclaró que la policía había actuado cumpliendo una orden de la Justicia.
El comisario señaló que esta orden fue emitida a finales del 2000, pero la tan particular situación por la que pasa el comerciante nacido y criado en Berisso hizo complicada su detención.
“Lo que pasa es que este hombre vive amenazado. Ya lo golpearon varias veces. Siempre estaba escondiéndose por temor a una reacción de los fans de Rodrigo (ver aparte)”, señaló el uniformado.
Mientras que el comisario Ghillino se encontraba cumpliendo con los trámites formales con el detenido, el abogado defensor de Pesquera, Fernando Burlando, llegó a la sede policial para conversar con su cliente.
Al salir, aprovechó la oportunidad para criticar a la policía por su supuesta falta de acción ante los ataques sufridos por el conductor de la Blazer blanca que tuvo una infortunada participación en el accidente por el que murió Rodrigo.
“Si lo siguen desde hace tres meses tienen que haber visto cuando lo golpearon... y tendrían que haber intervenido, porque si ustedes tienen la suerte de verlo, verán que aún le quedan lastimaduras por los gopes que sufrió hace unos días en Parque Centenario”, señaló el letrado.
En cuanto a la causa en sí, Burlando esperaba tomar mayor conocimiento para expedir una opinión, aunque anticipó que Pesquera “no fue el responsable de la venta... no fue el vendedor... yo diría, más bien, que podría ser un intermediario”.
De todas maneras, el abogado ya le explicó a su defendido que, como en la causa Rodrigo, se niegue a declarar cuando hoy sea consultado por la jueza Palacios Arias.
Pesquera quedó detenido por los cargos de “estafas reiteradas, infracción a los artículos 172 y 55 del Código Penal” por una causa que precede a la que se le abrió por el accidente ocurrido en la autopista La Plata-Buenos Aires y está referida a presuntas estafas que cometió contra particulares hace cinco años, con la venta de automóviles que, en realidad, eran ofertados en remates.
La investigación se centró en la supuesta venta de dos vehículos. Según fuentes tribunalicias, Pesquera ofrecía los automotores -que decía obtener en el depósito de Gorina de la Fiscalía de Estado-, a un precio inferior al de plaza, pero nunca efectivizaba las entregas.
El pago al comerciante berissense estaría acreditado en dos de los seis casos investigados por Palacios Arias.
Luego de escuchar hoy a Pesquera, la magistrada tendrá cinco días para resolver su situación, aunque su abogado ya pidió la eximición de prisión por tratarse de un delito excarcelable.
La muerte de Rodrigo Bueno
El nombre de Alfredo Pesquera ganó los titulares de los diarios en junio del año pasado, cuando se confirmó que fue su camioneta la que pasó a la de Rodrigo Bueno la madrugada del 24 de ese mes en la autopista La Plata-Buenos Aires. El accidente, donde también murió un hijo de Alberto Olmedo, quien viajaba con Rodrigo, ocurrió en el kilómetro 26 de la vía rápida, a la altura de Berazategui, cuando “el Potro”, de 27 años, regresaba desde City Bell luego de una actuación en Escándalo.
El artista cordobés, quien en el transcurso del último año había alcanzado niveles de popularidad pocas veces vistos en el rubro bailantero, viajaba a bordo de una camioneta Explorer roja que perdió el control, dio varias vueltas para chocar a alta velocidad contra el guard rail.
Rodrigo salió despedido del vehículo y su cadáver quedó tendido sobre el asfalto. En la camioneta iban también su pareja Patricia Pacheco; el hijo de ambos, Ramiro; Alberto Pereira, de 23 años; Jorge Moreno, de 33, y el fallecido Fernando Olmedo.
Pesquera dice que apenas fue un testigo del accidente y se responsabiliza por una mala maniobra antes del choque.

No lo buscaban todos los días

A pesar de que lo buscaban desde hace tres meses, los efectivos que trabajaban para dar con Alfredo Pesquera señalaron que la pesquisa no se realizaba todos los días.
“El vive una situación muy particular. Yendo de aquí para allá por las amenazas que sufre desde el accidente y nosotros queríamos estar seguros que íbamos a poder detenerlo y trasladarlo a La Plata para ponerlo a disposición de la jueza”, explicaron las
fuentes.
Los uniformados dijeron que lo hubieran detenido antes, pero esperaron que se dieran las condiciones para un rápido traslado.

El hombre sin rostro

Tarde o temprano iba a suceder. Alfredo Pesquera logró mantener su rostro oculto hasta hoy, cuando fue sorprendido por un reportero gráfico de este medio en medio de las idas y vueltas que significó su detención.
Claro que este rostro no es el mismo con el que anduvo por la vida. Sin afeitarse, Pesquera trataba de pasar desapercibido por miedo a las cientos de amenazas -algunas concretadas-, que lo tienen a maltraer desde que el 14 de junio pasado quedó implicado en el accidente por el que perdieran la vida el cantante Rodrigo Bueno y el actor Fernando Olmedo.
En una entrevista realizada hace una semana en la que reafirma sus dichos a este suplemento en octubre pasado, Pesquera aseguró vivir un calvario: “No podía creer que me acusaran de algo que no hice. Encima ya sufrí más de 10 amenazas. Me muestran armas en la calle, me dicen que si no me declaro culpable me matan. Hasta me pusieron una custodia. Por esas amenazas tengo que mudarme todos los días, estar lejos de mi familia y encima perdí mi trabajo”.
A finales de la semana pasada, Pesquera fue interceptado por un hombre que lo agredió físicamente. Las marcas de los golpes aún pueden verse en su frente, según describió su abogado Fernando Burlando.
La agresión se produjo en la zona del Parque Centenario, cuando una mujer de origen extranjero que hace unos meses lo esperó en su domicilio legal para arrojarle una bala a la cara, lo interceptó junto a un hombre que llegó a golpearlo varias veces.
Los agresores eran muy claros en el mensaje: “hacete cargo en el caso Rodrigo...” le decían mientras lo agredían.