"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

7 de enero de 2016

Las personas detrás de los números: los profes se quedan sin trabajo, los chicos sin jugar


Un espacio donde ir a jugar
Los chicos ya no salen a la calle y se pierden uno de sus derechos fundamentales
Nota publicada en el diario Diagonales el 2 de junio de 2011.



La primera juegoteca platense comenzó a funcionar en Altos de San Lorenzo con un espacio en el que se reivindica el juego como prioridad. Hay talleres de plástica, música, teatro y títeres. Se organizan actividades especiales, se sale de paseo y los chicos pueden compartir con sus pares una gran variedad de juguetes y juegos. Además, aprenden sobre sus derechos.

“Cada juegoteca es diferente, porque se acomoda a los intereses de los niños, los de su familia y los de su barrio”, describió Mercedes Aladro, una de las talleristas que martes y jueves de 17.30 a 19 y los sábados de 10 a 12 participa de la juegoteca que funciona en el Centro de Integración Barrial de calle 81 entre 20 y 21.

La idea surgió entre técnicos en recreación, artistas y profes de educación física. Los docentes lograron observar que “los chicos no están jugando o juegan menos. La inseguridad o el hecho de que salgan a trabajar a edades muy tempranas nos llevó a pensar en el derecho a jugar”, describió Fabián Bulacio, otro de los integrantes del equipo que lleva adelante la experiencia platense.

La idea de jugar en los barrios los llevó a impulsar una experiencia piloto que comenzó a desarrollarse este año, con la expectativa de que pueda crecer y extenderse a otras zonas a medida que más profesores se capaciten.

La juegoteca posibilita la creación de un espacio para jugar que suma a la formación de los niños, pero también tiende redes con la familia y con el barrio, con la idea de que aporte soluciones para toda la comunidad.

Una de las particularidades de estos espacios, es que son coordinadas de manera colectiva, así, por ejemplo, en Altos de San Lorenzo, los 40 pibes que participan de la juegoteca son coordinados por cuatro o cinco profesores, según los días, lo que permite reconocer rápidamente las individualidades. “Siendo más adultos llegamos más rápido a los chicos. Es diferente a lo que ocurre en el colegio, donde el objetivo de conocer a los chicos se logra con el tiempo, con la continuidad, aunque tal vez haya que revisar el hecho de que un solo docente deba llevar la clase con 35 o 40 chicos, como pasa en la actualidad”, sostuvo Bulacio.

Según Aladro, “la individualización de los chicos permite que las diferentes realidades armen cómo va a ser el juego, que las características de cada uno se vayan transformando, porque el juego te permite ver la realidad desde diferentes perspectivas. Cada persona tiene la posibilidad de ser y comunicar de manera diferente. El juego es un posibilitador nato y permite el pensamiento divergente, la múltiple forma de ver las cosas desde lados sensibles. En lo inmediato –agregó–, trabajamos con chicos de 6 a 12 años, aunque nuestra propuesta es romper y reivindicar el espacio de juego para todos en el barrio”.

La juegoteca no brinda posibilidades, sino que habilita diferentes dispositivos para que la capacidad lúdica de los chicos –patrimonio de cualquier persona– pueda fluir y canalizarse. “Lo que hacemos es trabajar los juegos y actividades de manera diferente a la vida real y concreta, para vivenciar el mundo sensible de cada uno”, dijo Aladro.
LA PLATA. El proyecto platense tiene el financiamiento de la Municipalidad de La Plata y cuenta además como socio estratégico la ong REDAR y el Centro Cultural Estación Provincial.
“Por ahora el proyecto dura un año, pero esperamos que siga y se multiplique”, adirmó Jorge Nella, quien junto a Bulacio, Aladro, Enrique Nella, y Belen Tronfetti son los coordinadores de la experiencia local.

“El proyecto de una juegoteca remarca la importancia de prevenir problemáticas sociales, fomenta la construcción de nuevos espacios sociales con participación activa de la comunidad, promueve lazos solidarios y la defensa de los derechos de niños y niñas”, dijo Nella.

Las juegotecas nacieron en Buenos Aires y funcionan desde el año 2.000. En algunos casos, como en San Telmo, se desarrollan en barrios en donde jugar en la calle es muy complicado y puede ser peligroso, porque ya no tienen espacios para los niños, aunque la problemática parece extendida a todos los niños.

Aladro explicó que el equipo local “empezó a conformar un grupo que se desarrollará de acuerdo a sus intereses, porque el encuadre de la juegoteca es el resultado del trabajo de lo que está pasando y como se va trabajando, por lo que nosotros todavía no tenemos los objetivos del proyecto anual o cuatrimestral”.

Antes de plantear el primer encuentro, los talleristas realizaron una investigación sobre las ofertas de juegos que había en el barrio para los chicos: “descubrimos que había mucha propuesta de educación física, como fútbol, patín y algunas artes marciales, por lo que comenzamos a desplegar otras disciplinas a partir de la plástica, el teatro, la percusión o la literatura, aprovechando la diversidad de las artes. Uno no se acerca a la plástica si no la conoce. Bueno, en realidad, no se acerca a ningún arte si no lo conoce. La idea, entonces, es utilizar la diversidad de recursos artísticos mediante actividades recreativas”, afirmó Aladro.

Las experiencias de las mamás que llevan a sus hijos

“Mis hijas no salen a jugar. Están todo el día conmigo. No están acostumbradas a salir a la calle", contó Sandra, mamá de Mora, de 5, y Luz Clarita, de 9 años. Con su bebé de 5 meses en brazos, miraba con alegría cómo sus niñas participaban de la juegoteca de Altos de San Lorenzo.

“En nuestro barrio no hay ningún lugar en donde los chicos puedan ir a jugar. Hay una plaza cerca de la escuela Nº 58, en 17 y 72, y a veces vamos a Parque Saavedra, pero las nenas se la pasan adentro: la más chica se la pasa viendo películas de Barbie y la más grande en la computadora”, describió.

Las dos nenas esperan con ansiedad los días que les toca ir a la juegoteca platense. Lo mismo le pasa a Maximiliano, también de 5 años. “El día que sabe que después de la escuela viene a jugar está feliz”, describió su mamá, Marcela.

“Me enteré por un papelito que me dieron en la escuela. Vine a ver y me gustó. Le pregunté a él y se quiso quedar. Es una idea bárbara y la pasa muy bien”, explicó.




Objetivos

Rescatar los espacios, los medios y el tiempo para jugar.

Crear la oportunidad para que un mayor número de niños carenciados tengan acceso a juegos y juguetes.

Estimula y atiende las necesidades recreativas e intereses lúdicos de la familia.

Brindar un espacio de reflexión comunitario, que posibilite la recomposición de la red social del contexto en el que las familias se desenvuelven.

Ofrecer la posibilidad de construir un proyecto en el que la comunidad participe activamente.

Promover estrategias vinculares alternativas a la agresión y la violencia, que fomenten los recursos simbólicos de las familias participantes.

1 comentario:

Ely Battistella dijo...

Así se seguirán perdiendo los espacios donde se ayude a pensar, a diseñar, a construir, a reinventar el pensamiento con el otro, de la mano del otro, frente a frente con el otro. La revolución de la alegría no contempla la alegría. Contempla sí lo más recalcitrante del dogma neoliberal, siniestra mixtura entre el menemato y el proceso de reorganización nacional. El tejido social que tanto costó reparar se va carcomiendo y ya agoniza. No sorprende habiendo leído la receta preelectoral, nadie mintió, estaba clarísimo para los que conservamos intacta la memoria.